La lana de alpaca es una de las lanas más cotizadas en el mundo por sus estupendas cualidades. Es una lana de producción 100% orgánica y natural, ya que como su nombre indica procede de estos mismos animales. Es muy resistente y aporta mucha calidez, sus propiedades destacas por no encontrarse en otros tipos de lanas, ni naturales ni sintéticas. 

Se trata de una lana de extremada suavidad, ya que sus fibras no contienen grasa. Además, de forma natural podemos distinguir hasta 30 colores diferentes de lana de alpaca, por lo que en muchas ocasiones no es necesario tintarla. Otra de sus cualidades es la resistencia y ligereza, gracias a sus fibras semivacías, que contienen partículas de aire para ayudar en la regulación térmica. De hecho, la lana de alpaca es 8 veces más cálida que la lana de oveja y 4 veces más resistente. También cuenta con mucha resistencia, ya que tienen capacidad de repeler el agua. 

Dado que se trata de una lana muy resistente, cálida e hipoalergénica, la lana de alpaca es muy utilizada confeccionar todo tipo de ropas de bebé e infantiles. También suele usarse para hacer jerséis y chaquetas de punto de lana para adultos, además de mantas y algunos textiles de hogar, ya que su resistencia  hace que apenas se deteriore con los usos. 

La lana de alpaca es muy resistente, sin embargo a la hora de cuidarla debes prestar atención a una serie de indicaciones para alargar la vida útil y el buen estado de tus prendas por más tiempo. Por ello, es mejor lavar a mano tus prendas de lana de alpaca, siempre con agua templada y usando un detergente especial para prendas delicadas. Nunca uses lejía o suavizantes. 

Para secarla, no uses la secadora y tampoco la retuerzas para eliminar el exceso de agua tras el lavado a mano. Deja la prenda de lana de alpaca envuelta en una toalla hasta que haya escurrido totalmente, y después extiéndela en plano y sin que cuelgue para que se seque en horizontal, sin que le de el sol directamente.